La industria de la moda con el modelo de producción ‘fast fashion’ es la segunda más contaminante del planeta, dejando huellas ambientales impactantes por sustancias tóxicas y micro plásticos en las fuentes hídricas, desperdicio de agua en el proceso de producción textil, deforestación de bosques nativos y altas emisiones de CO2. Así mismo, el impacto social es altamente negativo, la mayoría de las fábricas se encuentran en países de tercer mundo en los que ni el gobierno ni los dueños de las mismas garantizan el bienestar de sus empleados, sometiéndolos a condiciones precarias e inseguras, salarios bajos, horas extraordinarias forzadas y no remuneradas, maltrato y acoso. Mayoritariamente mujeres, pero hombres y hasta niños son esclavizados en este sistema. 

‘La complicidad la llevamos puesta’ busca poner en perspectiva el impacto invitando a reflexionar sobre nuestros hábitos de consumo que validan la industria y nos convierte en cómplices de sus prácticas. Es una invitación a analizar con una mirada crítica las condiciones en las que se producen las marcas que compramos, los insumos que utilizan y sus políticas ambientales, éticas y sociales.